La hermana en esta etapa se prepara para asumir un trabajo propio de su edad, ofrece a la Hermana la oportunidad de dejarse plasmar por la experiencia pascual: imitando a Cristo crucificado que cumple con la voluntad del Padre en las situaciones propias de su edad con paciencia y alegría demostrando con sus actitudes su realización en la vocación y se abandona en sus manos.

Brindar una formación, integral, cristiana y vicenciana, capacitándolas para un servicio de animación a sus hermanas en una comunidad local, garantizando la vivencia alegre de la vocación en el servicio a los más necesitados. (Plan de Formación Inicial Permanente pág. 30).