Beata
Sor Lindalva Justo de Oliveira
07 de Enero
Beata Vicentina
Joven Hija de la Caridad brasileña, nacida el 20 de octubre de 1953 en una zona muy pobre del Estado del Rio Grande do Norte (Brasil), procede de una familia no acomodada, pero rica de fe y de práctica cristiana. Ingresó con las Hijas de la Caridad de la provincia de Recife en 1988. Desde 1991 sirvió con mucha entrega a los pobres y se dedicó especialmente a los mayores de un hospital comunal en Salvador de Bahía.
Sor Lindalva amaba a las personas mayores confiadas a su cuidado con un corazón manso y humilde: en espíritu de fe, los veía como sus amos y señores: “Pido a Dios nos conceda su sabiduría y amabilidad para servir bien a nuestros amos, los pobres”.
Ella entendió su vocación como una respuesta a la voluntad de Dios: “Cuando Dios llama, nadie puede esconderse de esta llamada. Más pronto o más tarde la voluntad de Dios se cumple”. Su fe se expresó por una adhesión sencilla y total a los acontecimientos de la vida que acogió como un regalo y llamada de Dios: “Cada día de nuestra vida debe ser de renovación y acción de gracias a Dios por el regalo de la vida y la llamada a seguir a su Hijo, Jesucristo, sirviéndolo en los pobres”.
Su generosidad de corazón le permitió superar todas las dificultades: “En mi oración, me siento tan bien con un continuo deseo de amar a nuestro buen Dios que estoy segura que alcanzaré ese punto, aun cuando me lleve hasta el último día de mi vida el hacerlo”. Sor Lindalva supo compartir su fe con otros jóvenes y apoyar a sus compañeras cuando las dificultades les agobiaban: “Cuando nuestros corazones tienen problemas por las dudas sobre nuestra vocación, debemos entregarnos totalmente a Dios”.
Murió acuchillada mientras servía la comida a los enfermos, un viernes Santo, el 9 de abril del 1993. Recibió la palma del martirio por haber defendido su virginidad, relacionando el sacrificio de su vida a lo del primer Mártir Cristo Señor. El Santo Padre, el día 16 de diciembre de 2006, autorizó la promulgación del Decreto que la declara Mártir. Es la primera mujer beatificada, en la fiesta de Cristo rey. Tratándose de una mártir, no se necesita de un milagro para su beatificación. La beatificación tuvo lugar en Salvador – Bahía, Brasil, el 2 de noviembre de 2007, en un gran estadio con casi 60.000 personas presentes.