Vida Ejemplar Vicentina

Sor María Jara, oriunda de Piñas, su nombre es María Elvira del Consuelo Jara Fernández, nace el 23 de Juliode 1915. Es hija de Segundo Jara y Mercedes Fernández. Ingresó a la comunidad: 13 de Marzo de 1937, su Postulantado lo realiza en la Quinta SanVicente de Paúl. Fue enviada a Misión en 1938 y sus Primeros Votos los hace el 15 de marzo de 1942. Hagamos trabajar nuestra memoria y recordemos la figura de Sor María Jara, alta, delgada, consus lentes de cristales fuertes, sencilla, cercana, prudente, cordial,delicada. 

Sor María JaraFern

Mujer de oración, muy piadosa, amaba mucho a la Santísima Virgen. Uno de sus sobrinos nietos, manifestaba que siempre que iba a la familia les catequizaba, no solo a ellos, sino a los vecinos, e iba a la parroquia a dar catequesis. Recuerda que siempre llevaba medallitas al bolsillo, y regalaba a la gente después de catequizarlas e infundir el amor y la devoción a la Santísima Virgen. Y de seguro si amaba tanto a la Santísima Virgen. Con la misma intensidad amaba a Jesús. Cuan bueno es leer de las Hermanas, decir que Sor María estaba siempre atenta a las necesidades de las demás, disponible, no escatimó sacrificio alguno por el bien de todas, tanto como Hermana Sirviente, y después que dejó su misión. Su vida fue un testimonio. Es decir lo asumió su ser de Hermana Sirviente tal cual lo pide la Espiritualidad vicentina: “Hemos de acostumbrarnos a rogar y no a mandar; a enseñar con el ejemplo y no dando órdenes” (Santa Luisa). En la vida comunitaria-fraterna era fácil verla, alegre, humilde, no se quejaba, era muy sacrificada, franca, buen espíritu, original, lenta en el trabajo, pero siempre veraz, desprendida. Con su carácter contribuía a la vivencia de la vida fraterna. Servía a las hermanas con cariño, siempre estaba atenta a las necesidades de las compañeras, procuraba mantener la vida fraterna y comunitaria. Era vínculo de unión entre las hermanas. Por lo que respecta su vida de servicio a los pobres, era una gran evangelizadora, entregada al servicio del enfermo, muy generosa con los pobres, animadora de grupos juveniles y de la parroquia. Le gustaba curar y servir a los enfermos, especialmente a los leprosos los servía con abnegación, amor, espíritu de fe y con gusto. No escatima nada para servirlos. Sor María “Vivía su vocación con alegría”. Fue a recibir la corona merecida el 11 de Agosto de 2006. Que desde el cielo vele por nuestra Provincia y nos alcance buenas, sanas y santas vocaciones.