Vidas Ejemplares

Sor CLARA MARIA ESTHER ANDRADE ANDRADE 1906 - 1991

Vida Ejemplar Vicentina

Sor Anita Andrade, su nombre completo es Clara María Esther Andrade, Andrade, nace en Atuntaqui, 15 de Junio de 1906. Hija de  Manuel María Andrade y Matilde Andrade.

Fue bautizada el: 20 de junio de 1906. Ingresa a la comunidad el 17 de Julio de 1924 y sus primeros Votos: los realiza el 19 de Julio de 1929.

No es de extrañar que en esta lista, encontremos el nombre de Sor Anita Andrade, tanto las hermanas de muchos años de vocación y las jóvenes hemos escuchado hablar de SOR ANITA, y las expresiones que comúnmente se mencionaban eran:

SOR-ANITA-ANDRADE
  • “Sor Anita era una Santa”.
  • “Sor Anita, amaba tanto a los pobres, que aun cuando estaba ya muy mayor y enferma, solía
  • darse el trabajo de lavarles los pies a los pobres y cortarles las uñas”,
  • “Sor Anita, quería a las Hermanas, era un alma de Dios”.

Cuando uno revisa las notas referentes a Sor Anita, se encuentra con la certificación de todo aquello que han dicho las hermanas.

Su vida era el reflejo de una mujer de Dios, era fácil mirar la intensidad de su  oración que salía a relucir  fácilmente en sus virtudes, era la Hija de la Caridad que vivió la contemplativa en la acción, imposible dudar  que tenía a Cristo como centro de su vida, mantenía una coherencia de vida admirable.

Las Hermanas que la conocieron dan testimonio de que su vida espiritual fue  profunda. Amaba la oración y la Eucaristía, y vivía a plenitud el “entregada totalmente a Dios”, su amor a la Santísima Virgen era claro, en sus manos el Santo Rosario y solía invitar a las hermanas a rezarlo.

Sor Anita, era la mujer humilde, sencilla, tierna, generosa, paciente, bondadosa, sacrificada, y amable con todos. Entregada totalmente a los pobres y hermanas.

En su ficha se encuentra la siguiente  descripción “Esta Hermana Sirviente se ha ganado el aprecio de todos por su abnegación y bondad” (1961)

“Se la devuelve al corazón, por cuanto en la lejanía que viven  las Hermanas de esa casa necesitan una Hna.  Sirviente  bondadosa  y maternal”   Que maravillosa es esa transcripción, Sor Anita era un aliciente para los Superiores, para las Hermanas y para los Pobres.

Cuando por su salud, y su avanzada edad, solicita se le libere de ser hermana Sirviente, y pasa a ser compañera, se deduce que para nada sintió el vacío de autoridad, siempre fue Hija de la Caridad virtuosa y como tal lo vivía todo. ¡Cuánto podemos aprender!, especialmente cuando por A, o B motivos, los superiores nos han solicitado algún servicio que implique cargos. Aprender de Sor Anita a ser Hijas de la Caridad, que luego de terminarlos seguimos igual viviendo  sencillamente, participado en todo. Practicando la caridad fraterna,  y siendo cordial con todas las Hermanas.

Era fácil mirar como amaba  a las Hermanas, es paciente, prudente, respetuosa, caritativa, forma a las Hermanas con ternura y paciencia.

Continuamente presta servicios a sus compañeras enfermas, se preocupa de ellas, atendiéndoles en su habitación. Las hermanas que la conocieron dicen fácilmente “era una verdadera madre para todas”.

En cuanto al Servicio al Pobre, imposible omitir el inmenso amor que tenía a los pobres, su servicio era entrega total y con reverencia, dulzura, devoción y humildad. A pesar de su salud, servía a los pobres con amabilidad. Ya en su avanzada edad, se dedicaba a hacer tejidos para los pobres y para las Hermanas.

Sor Anita: “Enseñaba con bondad y  Jamás se la vio enojada”